MAX SLOBODDA
- conquistarte
- 15 ago 2015
- 2 Min. de lectura
Max Slobodda nació en Bergisch Gladbach, Alemania. Estudió fotografía en Dortmund.
La primera vez que se interesó por la fotografía fue cuando conoció la revista “Word Press Photo”. No recuerda de que año era esa publicación pero todavía logra recordar cuán fascinado estaba por las fotos y el fotógrafo de aquella edición.
A los 21 obtuvo una pequeña cámara digital para su cumpleaños. Desde aquél día comenzó a explorar todo aquello que lo rodeaba y empezó a fotografiar la nada y el todo. En aquel entonces no tenía un foco en particular. Todo le era interesante y valía la pena ser fotografiado.
Para Max cada disparo puede ser algo especial para mucha gente desconocida. Por eso considera que compartir sus fotos con el mundo es una gran cosa. Gente que nunca va a conocer puede sentirse de la misma manera en la que él se sintió cuando capturó la foto.
No tiene ninguna expectativa, lo único que le interesa es compartir sus fotos con la gente y que le gusten o se inspiren cuando las vean. “En mi opinión, aquellas fotos que no transmiten nada emocional, no son fotos. No quiero que mis fotos simplemente existan, quiero que le transmitan algo a la gente” Hace un año se está focalizando en las fotos callejeras. Antes de eso sacaba fotos de su vida cotidiana, lo cual le gustaba pero sentía que le faltaba algo; fué una buena época y realmente consiguió fotos interesantes, pero las fotos en la calle le dieron un nuevo impulso para observar su alrededor desde otra perspectiva.
Max trabaja como FreeLancer en diferentes áreas. Ahora se encuentra trabajando en un proyecto acerca de las publicidades en los espacios urbanos y además sale todos los días a la calle para conseguir nuevas fotos.
Martin Parr, Matt Stuart, Pau Buscato, son algunos de los tres fotógrafos callejeros que más le inspiran, pero también encuentra inspiración en las personas. Cuándo sale a la calle y comienza a explorar y observar cómo la gente se comporta, cómo hablan, cómo se mueven, esa es su inspiración pura. Son las banalidades del día a día lo que encuentra interesante y lo que intenta mostrar en sus fotos.









