NINU MYNDLIS
Ninu Myndlis nació en Buenos Aires, Capital Federal, en 1998.
Actualmente se encuentra cursando el último año del colegio secundario.
Desde chica hay un cuadro en su casa de una foto muy grande en blanco y negro que abajo dice “Miles Davis by Dennis Stock”. En la imagen ella veía a Miles tocando música rodeado de luz y de humo. En la parte derecha inferior del encuadre aparecía en primer plano el perfil de una persona del público sentado en una mesa con unos vasos. Esto le resultaba incomprensible y consideraba que era un error del fotógrafo o que dicha parte estaba de más ya que la foto decía que era de Miles Davis.
Muy probablemente allí fue cuando comenzó a ver que eso si era relevante y que justamente allí radicaba la parte decisiva del fotógrafo.
Más allá de eso siempre la rodearon los álbumes familiares y las fotos como suele suceder en la mayoría de las familias.
A los 13 años ingresó al taller de fotografía de su colegio y como no tenía una cámara digital para participar comenzó a usar una analógica que su mamá utilizaba cuando era chica.
Actualmente sigue con el taller y con la misma cámara.
La fotografía para Ninu es una excusa para acercarse a las cosas. Una forma de mirar y así construir momentos que desea que sigan existiendo. La fotografía como un medio o una búsqueda para ser sincera con respecto a su mirada.
A la hora de disparar le interesa desnaturalizar lo cotidiano. Considera importante capturar lo intangible de todos los días. Le gusta mucho hacer retratos (o quizás es que todavía le cuestan más los paisajes) y mostrar vínculos, tanto entre la persona retratada y ella como aquello que se genera dentro de la foto. Ya siente un poco que lo que más le molesta de la fotografía es la cámara. Le gusta mucho fotografiar hermanos, amigos y familias en momentos insignificantes.
Después de todo, saca fotos sin saber bien por qué.
“Una vez leí que Pessoa decía: Ser hombre es saber que no se comprende. A falta de saber, escribo. Bueno, quizás algo así cambiándole el verbo.”
Le inspiran mucho los chicos y su naturalidad para las fotos, ese desinterés por cómo se van a ver después, captar esa frescura de la infancia. Siempre se mantiene atenta cuando va por la calle.
En cuando a fotógrafos le fascina el estilo de Eggleston y el de Sally Mann. Hace poco conoció la obra de Adriana Lestido y le resultó bastante inspirador.
Actualmente sigue por un lado gastando plata en rollos y revelado sin tener un objetivo más que estar ahí, y por otro lado hace un tiempo que viene con un proyecto que consiste en fotografiar a hermanos gemelos. Le interesa mucho ese vínculo único que siente que nunca va a poder saber cómo se siente. Este proyecto le sirvió un poco para sacarse la vergüenza ya que termina hablándoles a desconocidos y yendo a sus casas. Ya ha capturado a veinticuatro pares de hermanos de muy variadas edades.
” Hay más de los que la gente cree! No hay día que no salga a la calle y no vea un cochecito doble”.
