ULRIKE BIETS

Ulrike Biets nació en Bélgica en los años ochenta. Se mudó a la capital de Bruselas para estudiar filosofía. Trabaja como artista y fotógrafa freelance para diferentes revistas visuales.

Su madre era fotógrafa por lo que la fotografía siempre fue parte de su vida. Comenzó sacando fotos cuando le regalaron una cámara para su primera comunión. A los 18 comenzó a experimentar y revelar sus fotos en el cuarto oscuro, a lo cual desistió rápidamente ya que en aquel laboratorio únicamente podía revelar en blanco y negro y siempre se había sentido más atraída por el color. La fotografía interfiere en su vida de una manera muy orgánica, no puede imaginarse sin sacar fotos. Siempre está mirando a través del lente, aun así aunque no tenga una cámara en su mano.

Es una necesidad para ella.

Este año va a comenzar a trabajar en su primera monografía. Ulrike no es la persona más organizada del mundo y su archivo de fotos es un caos, por lo que le va a llevar mucho tiempo de trabajo ordenarlo. Pero está muy emocionada y aspira a terminar el libro.

No es fácil para Ulrike encasillar su trabajo en unas pocas líneas porque es algo completamente inherente a ella. No es solo cómo ve la fotografía sino el modo en el que ve las cosas, la fotografía es su realidad, su forma de vida.

Su inspiración proviene de una combinación de su mundo interno y su mundo externo.

Ella captura su visión del mundo con un estilo documental retratando personas, música, moda, historias, escenas y la cotidianeidad de la vida. Tiene una fascinación con los animales. En “Wastelands” los silencios y los horizontes se volvieron una parte integral de su fotografía pero aun así sin perder la honestidad del disparo espontáneo.

Su estilo personal de capturar momentos y capturar su visión del mundo como si la vida fuese una sola hace que su trabajo se vea fresco y joven.